miércoles, 17 de octubre de 2018

IPCO en la Feria de Todos los Santos 2017, por Laura Villaseñor




Era mediados de octubre de 2017, un día habitual en el Instituto de Planeación para el Municipio de Colima (IPCO), los colaboradores nos encontrábamos exponiendo ideas para dar a conocer los trabajos y proyectos que desarrollamos en nuestro quehacer diario. El silencio invadió aquellas cuatro paredes, de pronto, el calendario local resaltó a la vista de uno de nosotros y se percató que los días santos estaban marcados. ¡Ya sé! -exclamó- ¿Por qué no pedimos un espacio en el stand del municipio en la feria? Respondieron los demás: ¡Si, sería el espacio idóneo para dar a conocer nuestro trabajo! Es así como se inició una revisión para elegir los proyectos que debían plasmarse en aquel lugar de exhibición, siendo tres los indicados para mostrar el trabajo que se ha  desarrollado con un enfoque de sustentabilidad. Pero para lograr tal cometido, se le solicitó al H. Ayuntamiento de Colima que se le brindara al IPCO un espacio dentro del Stand, que año con año, plasma las actividades que la administración municipal realiza.

Fueron varias las llamadas que se entablaron con la Dirección de Mantenimiento y la Dirección de Comunicación Social, logrando así, tener el diseño de un espacio lúdico y fácil de entender para todas las edades (bueno eso fue nuestra percepción en ese momento, y más adelante les diré el por qué). Cuatro muros fueron los que nos asignaron y en el otro espacio del stand, la administración municipal, exhibió el desarrollo del municipio a través del tiempo, exponiendo una serie de fotografías que contaron la historia del proceso que ha vivido el municipio y en otro muro, se mostraron algunos de los trabajos que la administración venía realizando en su gestión (2015-2018). Pero volviendo a nuestro espacio, les diré el orden que tuvo. Fue pensado para que en primera instancia, se conociera qué es IPCO y qué hace diariamente para lograr un desarrollo sustentable, con el cual, la principal beneficiada sea la población municipal.

¿Y qué dijeron? ¿Qué ya con el diseño del espacio bastaba? Pues no. Les diré que también se tuvo que pensar en brindar una experiencia personalizada al visitante del stand, porque muchas veces sucede que al llegar a un stand  de alguna institución pública, las personas ven el contenido del espacio, pero no entienden por qué esta ahí, qué es lo que se espera que el público conozca y no se les resuelven las dudas. Es así que se tuvieron de cinco a seis guardias al día donde cada uno de los 12 colaboradores del Instituto se sumo a este trabajo, pero como no fuimos suficientes, necesitamos la ayuda de los prestadores de servicio y de los practicantes, puesto que con las jornadas de trabajo en las oficinas del Instituto más las guardias en el stand, no nos daban las cuentas para lograr hacer todo. Es así, como en total fuimos 20 personas las encargadas de resolver las dudas y recibir las quejas que, en ocasiones, se salían de la competencia de nuestro trabajo. Pero pasemos entonces a la parte de qué contuvo cada uno de los cuatro muros.

En el primer muro se explicó qué era el IPCO, y a decir verdad, varios de los que estuvimos haciendo guardias en el stand, tristemente notamos que a gran parte de la población el leer no era atractivo, saltándose esa parte, dándonos una percepción que esa sección era insignificante para ellos; y aclaro que nos dieron una percepción porque su mirada era como un escáner automático, iba de arriba a bajo, de izquierda a derecha o en algunas otras ocasiones las miradas formaban ondas en ese muro. En mi personal punto de vista, esto debería conllevar redoblar esfuerzos, tanto en que es el IPCO y el trabajo que hace, porque  en primera instancia ¿de qué sirve planear un territorio si los expertos en vivir la ciudad (la población) no se informan de  quien es el ente en que trabaja en que la ciudad sea habitable de forma digna, cuáles son los planes o programas que elabora esa institución para que se pueda vivir la ciudad, qué es lo que contienen los planes o programas, qué pueden hacer, o qué no pueden hacer, por qué y de dónde surgen esos derechos y deberes? Y a decir verdad, este no fue el único espacio donde las personas, (en su mayoría adultos) no leían el contenido, pues a continuación les iré diciendo como fueron repetitivas estas acciones. 

En el siguiente espacio, se socializó parte del proyecto de elaboración del nuevo Programa Municipal de Desarrollo Urbano (PMDU), en el cuál, se instalaron dos mapas del Municipio de Colima con la ayuda de pequeñas clavijas y cada una de ellas contenía un adjetivo calificativo, para que utilizando la herramienta de la red de ideas, las personas tomaran un estambre de un color que expresara como se sentían sobre las condiciones en que se encontraba el municipio (el rojo representaba enojo, el azul tristeza, el amarillo alegría y el verde orgullo) y a su vez ese estambre hiciera una unión de calificativos del municipio. Resultó entonces que la mitad de las personas que participó en la actividad se sentía alegre y orgullosa del municipio, calificándolo como un lugar bello, consciente, cercano, accesible, honesto, caminable, de encuentro, preparado, compacto, vibrante, con historia, nuestro, humano, divertido, con oportunidades y natural.



Por el contrario, la otra mitad expresaron que es un lugar violento, inseguro, peligroso, sin igualdad, desordenado, sin equidad, con obstáculos, expectante, inestable, encimado, riesgoso, seco y desequilibrado. Esto muestra que cada mitad expreso lo que le toca vivir en el día a día, o quizá que, quien se expresó de manera negativa son personas que no ha sido tomada en cuenta en los procesos de construcción de la ciudad y pudiera ser que su visión se limita a lo que conocen o perciben de los conflictos que se tienen en el día a día de la vida del municipio.


En el otro mapa, donde se les pedía que plasmaran cómo esperan que sea el municipio a futuro, quedó muy en claro que la mayor parte de la población espera que el municipio sea bello, natural, inclusivo, globalizado, placentero, conectado, único, vital, pacífico, seguro, fiestero, diverso, eficaz, vibrante, sano, contemporáneo, justo, independiente, con alternativas, nuestro, preservado, con oportunidad, con historia, divertido, placentero, moderno, competente y armonioso. Esto es un grito a voces de que debe dejar de ser un modelo de urbanización 3D (desconectado, disperso y discontinuo), ya que si se pensara en un crecimiento compacto, muchos de los problemas sociales, ambientales, económicos e inclusive urbanos, se estarían solucionando y se tendría una población orgullosa y contenta con su entorno, propiciando ello, un sentido de apropiación de todos los espacios.

Pero déjenme decirles que todo lo anterior no fue tan fácil de llevar a cabo, puesto que pese a que varios de los visitantes realizaban la actividad en familia y eran los padres los que guiaban a los hijos, también pudimos observar que los hijos eran los que guiaban a los padres, ya que al llegar al lugar los adultos no leían las instrucciones; dando la indicación de que solo enredaran el hilo sin sentido alguno. Fue hasta que alguno de los infantes escuchaban nuestras indicaciones o leían las instrucciones en el muro, podían hacerles ver su error, o en otros casos, muchos se molestaban de nuestra intensión, minimizando nuestro trabajo y diciéndonos que sólo era otro dinero mal gastado por parte del gobierno, que mejor se debería de invertir en proporcionar alimentos a quienes no tienen.

Para muchos fue frustrante escuchar ese pensamiento, puesto que ¿de dónde creen que se van a obtener los recursos en muchos años sino no se da una planeación del territorio?, ¿cómo es posible que los niños sepan escuchar mejor que un adulto? ¿es a caso esta forma de pensar una de las causas de que nuestra ciudad haya tenido un crecimiento en 3D? Pero no todo estuvo mal, también tuvimos la satisfacción de tener ayudantes extras, y digo ayudantes porque muchos de los niños-adolescentes que ya habían asistido en otra visita ahora eran quienes fungían como facilitadores para sus familiares o amigos con quienes volvían explicando a detalle cada una de las actividades que estaban expuestas en el stand. Sin duda alguna, la planeación del territorio siempre tiene que tener presente a este sector de la sociedad, puesto que están en la edad idónea para ir tomando consciencia de que necesitamos un modelo de ciudad sustentable, ligándose ello al siguiente proyecto que tuvimos y que explicaré a continuación.

El segundo proyecto que se presentó fue el del Sistema Municipal de Áreas Protegidas (SIMAP Colima), y la actividad de este muro, consistió en plasmar en un papel el por qué y el cómo se deben de conservar las áreas naturales del municipio, colocándolo posteriormente, en un cuadro de una red de alambre que cubría un mapa del municipio con las áreas naturales del medio rural y urbano como lo muestra la imagen.

Muchos fueron los papeles que se colocaron, teniendo como número exacto a 2,804 usuarios que participaron, sin embargo, no todas las propuestas se tomaron en cuenta, ya que muchas de estas no contenían el por qué y el cómo cuidar las Áreas Naturales Protegidas (ANP’s), enfocándose a dejar quejas del funcionamiento actual del gobierno local, estatal o federal. Así también hubo quienes criticaron la actividad sin dejar alguna propuesta que ayudará a mejorar la promoción de la participación ciudadana en este tipo de proyectos y en especial, puedo recordar dos comentarios que reclamaban el por qué habíamos utilizado sus árboles para desperdiciarlos en la actividad. A lo cual me surgió la siguiente cuestión, ¿qué no a diario se utilizan hojas para elaborar libros? ¿qué nos son estos los que ayudan en la formación de las personas? Y dirán ¿qué tiene que ver con los papeles que utilizamos? pero les diré que toda. Nosotros no realizamos libros, pero si buscamos que con la participación colectiva se genere información útil que nos mostrará, que tan informada estaba la población sobre el tema y qué solución nos podrían brindar sectores de la población que escasa vez, puede participar en foros de esta temática.

Y antes de continuar, déjenme hacerles saber que el IPCO lleva año y medio trabajando en un programa interno de separación y reciclaje de residuos sólidos urbanos (RSU), donde cada cierta temporalidad, entregamos nuestros residuos a la Dirección de Ecología y ella posteriormente se encarga de que sea llevado a un sitio de disposición final que trate de manera adecuada estos RSU. Una vez aclarado lo anterior, continuemos con lo que se obtuvo en esta sección.


Discriminando los comentarios anteriores, se tuvieron 2,308 propuestas positivas y 496 negativas. De las positivas, 832 personas señalaron la importancia de conservar a estos lugares, y 1,476 personas aportaron sobre el cómo se deben de conservar. En el siguiente gráfico se desglosan sus respuestas sobre el ¿por qué debemos de conservar las áreas naturales? El 37% de la población opinó que es muy importante conservar las áreas naturales porque son necesarias para vivir o generar vida. El 36% expresó que son generadoras de oxígeno y que se deben de conservar para las futuras generaciones. El 13% consideró que deben conservarse por su belleza. El 10% manifestó que son importantes por los servicios ambientales, la identidad y el orgullo que generan. Y finalmente, el 2% señaló que son un patrimonio natural y de importancia para los ciudadanos por sus creencias religiosas (se sumaron los porcentajes de una o dos variables de la gráfica).













   En lo que respecta a la pregunta de ¿cómo podemos conservar las ANP’s? recurrimos a una clasificación de nueve aspectos significativos para facilitar la comprensión de la información. En el siguiente gráfico podemos ver que el 36% de la población consideró que se pueden conservar no contaminando, el 26% opinó que cuidando los recursos naturales, el 19% reforestando, el 8% fomentando la cultura ambiental, el 5% mencionó que con un manejo integral de los residuos sólidos urbanos, otro 3% habló de la implementación correcta de leyes, reglamentos y programas, 2% mencionó que a través de la utilización de energías alternativas, otro 2% plasmó que se lograría a través de una planeación urbana integral y sustentable, y por último el 1% de las personas que participaron defendió el correcto uso de los recursos hídricos y el abastecimiento adecuado de este vital liquido en los ecosistemas.







Es importante notar que la mayor parte de los visitantes (incluyendo a niños), están conscientes de los beneficios que obtenemos de las áreas naturales, pero aún no se cuenta con una cultura colectiva de preservación, lo cuál, nos motiva a continuar fomentando una planeación sustentable, donde el ordenamiento del territorio sea basado sobre el tipo de ecosistema que presenta y no únicamente sobre la población humana. Ya que muchos de los problemas de abastecimiento de alimentos y servicios básicos podrían solucionarse para toda la población. Además, los costos de urbanización y reconstrucción de infraestructura después de fenómenos naturales, podrían ser menores a lo que se destina actualmente.
Una de estas infraestructuras son las viales y el tercer proyecto que se mostró, está relacionado con las ciclovías existentes y en proceso dentro de la ciudad conurbada Colima-Villa de Álvarez, siendo 10 las existentes, de ellas, siete con ciclo bandas y tres con separadores.
En lo que refiere a las que están en proceso, éstas son cuatro y se ubican en los siguientes tramos:

  • Av. Niños Héroes (Libramiento Calzada Galván).
  • Colima-El Trapiche (El Trapiche-Escuela Secundaria No.1; por Camino Real.
  • Colima-Villa de Álvarez (El Rodeo-entronque Boulevard Rodolfo Chávez Carrillo-Arco Sur-Tercer Anillo).
  • Colima-Coquimatlán (Los Limones-Lo de Villa).


A las personas les pareció interesante observar la maqueta de la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez, ya que podían ubicar el lugar donde vivían y lo que estaba a su alrededor, pero además, a quienes utilizan bicicletas para transportarse, les parecieron pertinentes las vialidades que ya contienen ciclovías y las que van a tener, empezando a imaginar una ruta para desplazarse, ya sea a sus trabajos o a sus lugares favoritos.

Como podemos observar, la socialización de proyectos es una herramienta útil, ya que con ello se esta promoviendo la participación ciudadana en la planeación de la ciudad y se está planeando una ciudad pensándola y diseñándola por toda la población, abandonándose así el obsoleto método de la planificación de la ciudad en el cual, el desarrollo de la población y la conservación de los ecosistemas se dejan en la manos de unos cuántos que inclusive pudieran tener una visión limitada a sus conocimientos y experiencias particulares. Es por ello, que el IPCO ha apostado por el rediseño de la Ciudad de Colima y en general de todo el territorio, a través de una planeación consensuada entre el técnico y el experto, es decir, con  la persona que vive día a día una interacción con el espacio del territorio. 






jueves, 9 de agosto de 2018

¿En qué grado la inseguridad afecta a la convivencia? Caso Ciudades de Colima-Villa de Alvarez y de Manzanillo, 2014-2017


Elaboración:
L.E. Julio Cesar Rodríguez González
L.E. Ana María Mendoza Curiel
Coordinación de Desarrollo Económico y Social del IPCO

Investigaciones y/o planeación municipal en temáticas de marginación, violencia urbana, segregación espacial, y vocacionamiento económico. 

I. Papel Primordial de la Ciudad como Derecho


Las ciudades son cada vez más el ámbito primordial para el desarrollo humano, la satisfacción de las necesidades de la población urbana y rural. De acuerdo con informes de la ONU y la CEPAL, en el año 2017 ya vivía en ciudades más del 50% de la población mundial y el 80% de la población de América Latina, previéndose que en el año 2050 la proporción se elevará a 66% y a 87%, respectivamente.*
ONU, Perspectivas de Población Mundial 2017 y, CELADE - División de Población de la CEPAL. Revisión 2017, respectivamente.

A la par, en las agendas de sociedad y gobierno, cada vez se va interiorizando más la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad redactada en 2004 por la Coalisión Internacional del Hábitat (HIC) y retomada en 2010 por el Fondo Urbano Mundial de Río de Janeiro Brasil, la cual ha resignificado al concepto escrito en 1967 por Lefebvre y a la defensa feroz de los últimos años por la sociedad civil en diversos foros internacionales, y cuya noción se puede sintetizar así:

La mejora de la calidad de vida de los habitantes no debe limitarse a la escala de vivienda y de su barrio, sino trascender a la escala de ciudad y de su entorno rural, de manera tal que la ciudad le garantice a todos la realización de los derechos humanos (civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales) establecidos en los tratados regionales e internacionales, teniendo como pilares al bienestar colectivo, a la gestión democrática ciudadana y a la función social de la propiedad de territorio, es decir, a partir de la base del espacio y de las instituciones, reivindicándose el valor de la gente por sobre los intereses del capital. 


Particularmente, la convivencia y la seguridad se tornan en condiciones fundamentales para que los espacios de la ciudad permitan la interacción, el intercambio cultural, la potenciación de las transacciones económicas y, en lo general, el acceso a los servicios urbanos.
La violencia urbana, manifestada no sólo en la ocurrencia de delitos e incivilidades, la victimización en sí, sino también como la sensación de temor ante la amenaza percibida de ser víctima, genera una inseguridad que es un obstáculo o una negación del derecho pleno a la ciudad:
Si hay personas que adoptan un papel de victimarios, sometiendo coercitivamente ante sus decisiones e intereses a los demás, ello menoscaba el consenso y la coexistencia humana. Si hay personas que adoptan un papel de víctimas, sintiendo peligro, inhibiendo hábitos y su participación (por ejemplo, abstenerse de disfrutar del espacio público de noche), o recurriendo a mecanismos violentos de protección y de defensa, ello aminora la libertad, la vida humana y la convivencia.




II. Violencia Urbana de Alto Impacto en Municipios del Estado de Colima


La entidad de Colima y sus municipios, hasta hace pocos años se habían distinguido a nivel nacional por sus bajos niveles de violencia y por una alta percepción de seguridad entre la ciudadana. Sin embargo, a partir de 2015 se ha venido dando un escalonamiento dramático en los casos de violencia urbana de alto impacto, sobre todo homicidios, y particularmente en tres municipios. Esta situación de trauma, ha incrementado el sentimiento inseguridad entre la población y limitado algunos hábitos de convivencia, pero de distintas maneras y con diferentes grados entre tales municipios.

De acuerdo con un análisis del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal (CCSPJP), en 2017 el Estado de Colima se tornó en el más violento del país (una tasa de homicidios de 98.5% versus la tasa nacional de 21.2%) y tres de sus municipios, Tecomán, Manzanillo, y Colima, aparecieron entre los veinte más violentos del país, ocupando respectivamente las posiciones 1, 2 y 12, ello en contraste con Villa de Alvarez que ocupo la posición 100 entre 230 municipios del país considerados en ese análisis, el cual ponderó a los casos de homicidios, secuestros, violaciones, lesiones, robo con violencia, y extorsión.
“Acentúa esta reconfiguración del mapa de la violencia el que el Municipio de Tecomán, Colima, no sólo haya ingresado por primera vez entre los 20 más violentos, como los otros de Colima ya referidos, sino que lo hizo para ocupar el primer lugar nacional” (CCSPJP, 2017).

El resultado sugiere que el contexto geográfico, económico y social de los municipios, contribuye  a definir un cierto patrón de configuración espacial de los tipos de delitos:
  • Tecomán, municipio localizado al centro-oriente del Estado, con 123,191 habitantes hacia el año 2015, especializado en la agricultura (principalmente en el cultivo del limón, una actividad cuya rentabilidad ha decaído en años recientes), con una alta proporción de inmigrantes (principalmente de Michoacán y Guerrero) y, con altos niveles de marginación, pobreza y adicciones, resalta en la comisión de homicidios, pero no en la comisión del resto de delitos de alto impacto.
  • Manzanillo, municipio localizado al sur-poniente del Estado, con 184,541 habitantes en el año 2015, sitio del puerto marítimo y turístico de Manzanillo, con una alta proporción de inmigrantes, altos contrastes económicos y sociales, y una presencia generalizada de marginación, pobreza y de adicciones, resalta en la comisión de delitos de extorsión y de  violaciones (nivel cercano del Municipio de Colima).
  • Villa de Alvarez, municipio localizado al norte-poniente del Estado, con 136,779 habitantes, con un desarrollo urbano expansivo relativamente reciente y conurbado a la ciudad de Colima, estratos de población predominantemente de ingresos medios, y una menor densidad de negocios o puestos de trabajo (dado que estos se concentran más en la ciudad de Colima), resalta primeramente en secuestros y secundariamente en robos, pero no en homicidios, cuya tasa no sólo es la más baja dentro del Estado, sino además cercana al promedio nacional.
  • Colima, municipio localizado al norte-oriente del Estado, con una población de 150,673 habitantes en 2015, albergue de la ciudad de Colima (capital estatal), con un desarrollo urbano menos expansivo y reciente (por limitaciones físicas y de propiedad del suelo), también con una alta proporción de migrantes (muchos de ellos jóvenes que acuden del resto de la entidad o desde otros estados para estudiar en sus universidades), concentrando el grueso de negocios-puesto de trabajo de la conurbación (sobre todo comercios y servicios), y padeciendo contrastes económicos y sociales dentro del territorio de la ciudad (población de mayores ingresos hacia el norte, y de menores ingresos hacia los extremos sur y oriente, que además poseen importantes niveles de marginación), resalta primeramente en robos y secundariamente en extorsiones y violaciones (nivel similar al del municipio de Manzanillo).


III. Inseguridad, Conflictos y Convivencia Vecinal en las ciudades de Colima-Villa de Alvarez y de Manzanillo



Datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana 2017 del INEGI sugieren que, al interior del Estado, entre sus dos principales ciudades, a saber en la capital y en el puerto marítimo, el nivel de inseguridad percibido por la población se asociaría principalmente a la ocurrencia de casos de homicidios, y no tanto a la ocurrencia de los otros delitos de alto impacto, así como que los conflictos en la convivencia estarían disociados o serían independientes tanto de la ocurrencia de delitos como de la sensación de temor, es decir, que obedecerían mas bien a otras lógicas, primordialmente de índoles urbana y sociocultural.

  • En la ciudad de Colima-Villa de Alvarez, la sensación de inseguridad de la población es inferior a la nacional, tanto a nivel global como a nivel de los tipos de sitios de la ciudad en los que durante el día se encuentren los habitantes. 
  • En la ciudad de Manzanillo, asentada en el municipio que ha padecido una mayor tasa de homicidios, el nivel de temor o alerta de los habitantes ante el peligro de ser víctima, de un 82%, supera al promedio nacional, de un 76%, sobre todo cuando la población se encuentra en sitios públicos (se sienten más vulnerables en las calles, en los centros comerciales, y en sus autos), en contraste con su permanencia en sitios privados (se sienten más seguros en sus casas).


Respecto a conflictos, datos de la misma fuente, revelan que tanto en la ciudad de Colima-Villa de Álvarez como en la ciudad de Manzanillo, sus tasas (relativamente similares o cercanas entre sí) son más elevadas que la tasa nacional, sin embargo, no participa de todos los mismos tipos de conflicto que se presentan a nivel nacional, pues mientras que a nivel país en determinados contextos urbanos son recurrentes los conflictos con los desconocidos, con las autoridades, con los establecimientos, y con compañeros, en cambio en los contextos urbanos de Colima-Villa de Alvarez y de Manzanillo los conflictos que más ocurren son en primer termino con los vecinos (por motivos de ruido, basura, etc.), y en segundo término con desconocidos (por motivos de estacionamientos, drogadictos, etc.).




En cuanto a Convivencia, según a datos de la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia 2014 del INEGI, en las ciudades de Colima-Villa de Álvarez y de Manzanillo se practican formas de interacción entre vecinos similares a las que se practican a en promedio a nivel país (platicar, visitarse, confiarse, reunirse, organizarse, etc.), sin embargo, la población reconoce que ello ocurre poco o nunca. Esto muestra que colimenses-villalvarenses y que manzanillenses están poco dispuestos a la organización vecinal dentro de su barrio y a la gestión participativa de la ciudad, así como que los factores socioculturales de cada ámbito local pueden limitar al comportamiento individual y colectivo.

Finalmente, opinión vertida por habitantes beneficiados y promotores comunitarios ligados entre si con la implementación del Programa Nacional de Prevención del Delito en los siete polígonos prioritarios del Municipio de Coima, refiere que las problemáticas en seguridad y en convivencia barrial están fuertemente asociadas a incivilidades cometidas por los habitantes en el espacio público (drogadicción, narcomenudeo, y ruido) o en el hogar (violencia intrafamiliar), así como a la existencia de insuficiencias urbanas (obscuridad), e institucionales y socioculturales (desconfianza hacia la autoridad, intolerancia, y desorganización comunitaria).


IV. Conclusiones y Recomendaciones Generales



La ausencia de una relación estrecha y de calidad entre los habitantes, aunada a la apatía o desdén de la población para interactuar, reunirse y organizarse con sus vecinos, parecen no estar fuertemente asociadas a la sensación de inseguridad, pues la interpretación de los datos sugiere que la desconfianza hacia “el otro”  es una concepción que los habitantes no le cargan fundamentalmente al vecino sino “al desconocido”. Por ello, como se revela en el caso de la ciudad de Manzanillo, el sentimiento del peligro está más ligado hacia el uso y la permanencia de la población en el espacio público abierto (calle, centro comercial y autos), que hacia al entorno comunitario y a los vecinos.

En cambio, la sensación de inseguridad expresada como un sentimiento de peligro que se le adjudica al extraño o al desconocido, sí podría estar asociada a la ocurrencia de delitos de alto impacto, sobre todo al de los homicidios, pues la revisión de los datos mostró que en los entornos urbanos donde es mayor esta prevalencia, en la ciudad de Manzanillo, la tasa de temor es mayor, en comparación a los entornos en donde se observa que esa prevalencia es menor, principalmente en el caso de la Ciudad de Colima.

jueves, 11 de mayo de 2017


La gestión de la velocidad, esencial para salvar vidas y mejorar la vida en las ciudades



GINEBRA, 5 de mayo de 2017 – En su nuevo informe titulado Managing speed («Gestión de la velocidad»), la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la velocidad excesiva o inadecuada es la causa de una de cada tres víctimas de accidentes de tránsito en el mundo. Las medidas de control de la velocidad previenen muertes y traumatismos en la carretera, y contribuyen a mejorar la salud de las personas y la sostenibilidad de la vida en las ciudades.

Cerca de 1,25 millones de personas fallecen cada año en las carreteras del mundo. De acuerdo con los estudios, entre el 40% y el 50% de los conductores no respetan los límites de velocidad señalizados. Los conductores varones, jóvenes y que han consumido alcohol son más propensos a circular a una velocidad excesiva o inadecuada que puede provocar accidentes. Los accidentes de tránsito continúan siendo la principal causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, y se calcula que cuestan a los países entre el 3% y el 5% de su PIB y sumen a muchas familias en la pobreza.

Sin embargo, solo 47 países siguen unas prácticas correctas en relación con una de las principales medidas de control de la velocidad: el establecimiento de un límite máximo de velocidad de 50 km/h en las zonas urbanas, que las autoridades locales pueden reducir en las calles cercanas a las escuelas, residencias y comercios.

La Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS, señala: «La velocidad excesiva o inadecuada es la principal causa de los traumatismos por accidentes de tránsito, un problema de ámbito mundial. Atajando solamente este problema, los países lograrían una mejora inmediata de la seguridad vial, tanto por lo que respecta a la reducción de la mortalidad como a la mayor proporción de personas que se desplazarían a pie y en bicicleta, y los efectos sobre la salud serían profundos y duraderos».

Estas son algunas de las medidas de control de la velocidad:
  • incorporar a la construcción o modificación de las calles y carreteras elementos que pacifiquen el tránsito, como rotondas y badenes;
  • establecer límites de velocidad adecuados a la función de cada tipo de vía;
  • hacer que se respeten los límites de velocidad, tanto por métodos automatizados como mediante controles realizados por agentes;
  • dotar a los vehículos nuevos de innovaciones tecnológicas, como los sistemas inteligentes de adaptación de la velocidad y de frenado de emergencia;
  • sensibilizar sobre los peligros de circular a una velocidad excesiva o inadecuada.



Las tasas de mortalidad por accidentes de tránsito son casi tres veces más bajas en Europa que en África. Los países que han logrado reducir más drásticamente las tasas de mortalidad y de traumatismos por accidentes de tránsito en las últimas décadas —Países Bajos, Reino Unido y Suecia, entre otros— son los que han abordado el problema con un enfoque amplio, priorizando la conducción a una velocidad segura como uno de los cuatro componentes del denominado «enfoque de sistemas para la seguridad vial», que abarca también la vía pública, el vehículo y el usuario.
  • jornadas de ralentización del tránsito en Belarús, Bélgica, Benin, Botswana, Colombia, España, India, Malasia, Nepal, Qatar, Trinidad y Tabago, Túnez y Viet Nam;
  • campañas en torno a las escuelas en Brasil, Camerún, China, Fiji, Gambia, Jordania, Marruecos, Rumania, Sudáfrica y Uganda;
  • actividades con parlamentarios en Armenia, Australia, Myanmar, Reino Unido, República de Moldova, Tailandia y Ucrania;
  • simposios en Filipinas, Montenegro, Nigeria, Polonia y Sierra Leona; 
  • vigilias para víctimas de accidentes de tránsito en Irlanda y Mauricio.
Dentro de los países, los responsables municipales han sido unos de los principales impulsores de un movimiento creciente, a menudo promovido a nivel local, que aspira a transformar las ciudades y hacerlas más habitables para todos. La reducción de la velocidad y la mejora de la seguridad comportan beneficios adicionales para la población, como el aumento del uso de la bicicleta y de los desplazamientos a pie, así como la reducción del ruido y de la contaminación atmosférica. A su vez, estas acciones contribuyen a mejorar la salud, ya que disminuye la incidencia de enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y otras enfermedades no transmisibles.

El informe Managing speed se ha publicado como preparación de la Cuarta Semana Mundial de las Naciones Unidas sobre la Seguridad Vial, que se celebra del 8 al 14 mayo de 2017. Con la campaña Save lives: #SlowDown («Salvemos vidas: reduzca la velocidad») se pretende alertar de los peligros del exceso de velocidad y explicar las medidas que se deben aplicar para combatir este riesgo importante de muertes y traumatismos.

Entre los cientos de eventos organizados, destacan los siguientes:

La Semana de las Naciones Unidas es una oportunidad única para promover las metas 3.6 y 11.2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la seguridad vial, y contribuir a su consecución. Paralelamente, la OMS dará a conocer un documento titulado Save LIVES: A road safety technical package, en el que se presentan las 22 intervenciones basadas en datos probatorios con las que más se puede reducir el número de muertos y heridos en las carreteras, algunas de ellas relacionadas con el control de la velocidad.

ENLACES CONEXOS
Managing speed (Gestión de la velocidad) – en inglés 
http://www.who.int/entity/violence_injury_prevention/publications/road_traffic/managing- speed/en/index.html

Control de la velocidad: un manual de seguridad vial para los responsables de tomar decisiones y profesionales – en inglés
http://www.who.int/roadsafety/projects/manuals/speed_manual/en/ 

Cuarta Semana Mundial de las Naciones Unidas sobre la Seguridad Vial: 8-14 de mayo de 2017
http://www.who.int/roadsafety/week/2017/es/ 


Campaña de la cuarta Semana Mundial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial
https://www.unroadsafetyweek.org/es/home
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Para más información, sírvase contactar con:

Laura Sminkey
Departamento de Enfermedades No Transmisibles, Discapacidad, Violencia y Prevención de Lesiones, OMS


Teléfono (oficina): +41 22 791 4547
Móvil (celular): +41 79 249 3520
Correo electrónico: sminkeyl@who.int 

Paul Garwood
Departamento de Comunicaciones, OMS Teléfono (oficina): +41 22 791 1578 Móvil (celular): +41 79 603 72 94
Correo electrónico: garwoodp@who.int 

Correo electrónico: garwoodp@who.int 





viernes, 18 de noviembre de 2016

Urban Living in Colima. How it changed my preconceived notions in defining “City Living”.

I have lived the typical second generation lifestyle of being born and raised in the downtown core of a city, to then be forced to participate in the wave of mass suburban sprawl with parents wishing for a bigger home, a car dependent lifestyle, and dare I saw it “the all American dream.” Against this idea of suburban life, I have always made it a point to move back to the downtown core where walkability scores were high, transit plentiful, and I was immersed in the core of historical and cultural spaces buzzing with energy, restaurants, markets, shops, amenities and people.
This was my understanding of urban living.
So when I was given the opportunity to work in the City of Colima living within walking distance to downtown and where the office also happens to be, I jumped with excitement for a chance to continue my lifestyle in an urban setting. The thought of living in Mexico where I had quick access to events, an abundance of fruit stands and vegetable markets littering the streets at all hours, and access to all the amenities I was used to, only this time, it was going to be the “latin way” meaning, plentiful fresh fruits to my liking.
I was told Colima is “a small city” and though I was well aware of that, I continued to withhold the same preconceived notions of what I understood as a “city”.
To my surprise, my understanding of “cities” and “downtowns” happened to be the complete opposite once I’d arrived here. Yes, I live walking distance to the heart of the city, but the streets were sparse, if not mostly empty. You can easily encounter convenience shops every other block, but they weren’t the fresh fruit stands I’d been expecting. And for the most part, the downtown wasn’t this centre of exciting activity filled with people, restaurants, and an abundance of things to do.
Quite contrary, Colima operated a little differently. The general sentiments here are to avoid unnecessary walking due to daily temperatures of scorching heat. Historical and cultural spaces has largely been abandoned with the younger and mobile actively deciding to sprawl outwards ultimately relying on car ownership to get around. All the modern spaces, malls, and entertainment now reachable only via driving reserving the downtown area for a majority of retirees and pensioners.
Occupying the central area now are a mix of newly constructed, large-sized homes alongside smaller, decaying ones. Lining up the streets also lay abandoned colonial buildings with various neglected plots of land, beside homes that are converted to restaurants by day – everything is just a little random.
I found it interesting and eye opening with the realization these homes didn’t have setbacks from the walkway – a common guideline I was used to seeing. Rather, when you walk on the narrow sidewalk one can easily peek into each home to see homeowners laying in bed, watching tv, or cooking in the kitchen. It seems Colima happens to be a random mix of varying structures of height and width with no regulations on density.
Colima has helped shed light on how city centres and downtowns can have very different meanings depending on where you are. And it finally dawned on me that historically speaking, city centres were a place that witnessed its initial settlers. My preconceived notions of these spaces are based on more modern cities that have witnessed much of its regeneration process, and therefore depending on which city you’re in, there can be different connotations and perceptions to the term.
It’s interesting because everything I knew about “downtowns” have now been reversed. Living close to the centre I still reap the benefits of walking to necessary amenities, but beyond that if I’m seeking great products, services or restaurants, the need of a car is absolutely more desirable here. What was once a standard, leisure 30-40 minute stroll in Vancouver or Toronto is now an uncomfortable, sweat-drenched, heat-stroke inducing activity, deterring many from getting around unless they have a car.
And it is only now after living in Colima that I realize what the City is trying to achieve in rebranding and regenerating the downtown core. I’m understanding the reasons for opposing views as well as the City’s aggressive agenda to transition Colima to become a collaborative, smart city. There are certainly many challenges to overcome, but more than anything after only being here for a couple of weeks, I am empowered by the City’s objectives. I couldn’t be happier to be living here and a part of the process in witnessing Colima achieve its sustainable urban planning goals.
Ly, Wendy . 17 de noviembre de 2016. Urban Living in Colima. How it changed my preconceived notions in defining “city living”. Recuperado de: Sustainable Cities International Youth Internships